miércoles, 6 de marzo de 2013

Torrijas de puchero

Hay días en los que tienes millones de cosas que hacer y no sabes por dónde empezar, días en los que la intersección de la que hablábamos en esta entrada antigua se ve de color negro. Hoy es uno de ellos. 

Pues bien, siempre que me encuentro así, que me asfixia la cantidad de tareas pendientes hasta el punto de que me bloqueo y se me olvida respirar, termino haciendo lo mismo: algo que no tengo por qué hacer y, por unas horas, al resto de cosas que aparecen en la lista de tareas le dedico un 'Andreíta Fabra'. 

Hoy, después de comer,   cuando intentaba decidir por dónde empezar y se me puso la espalda más tensa y más dura que los pies de Cristo (como decía mi abuela), me dije:

Digo, pues voy a hacer croquetas con la carne del puchero

El puchero, en mi pueblo, Coria del Río, es el nombre que se le da al cocido madrileño. Pero no, como estaba muy nerviosa y cuando estoy así me salen unas croquetas del tamaño de un balón de rugby, cambié mi parecer y, teniendo en cuentas las fechas que se aproximan (¿os he dicho que odio la semana  santa?), he decidido hacer torrijas de puchero. No sé si existe la receta como tal pero como me han salido muy buenas y no, no tengo ganas de hacer nada de lo que tendría que hacer, os voy a contar cómo las he hecho. 
Hasta he ido haciendo fotos con el móvil, que ha quedado el pobre tó manchao de huevo, para ponerlas en la entrada. No son buenas, pero es que se me resbalaba. 

Como no soy buena cocinera ni de eso, no sé las cantidades que he usado de cada cosa. Lo he hecho como las madres, a lo que admita. Sí sé los ingredientes porque es una cosa muy sencillita, al fin y al cabo estoy estresada, nada de desconstrucciones, no nos pasemos: pan de molde (esto no es un guiño a Punset), carne que sobró del puchero (aka cocido madrileño), salsa de tomate, huevo y aceite de oliva, aquí dejadme que parafrasee a nuestra Simone Ortega: sobrará.

Lo primero que he hecho es mezclar la carne del puchero, muy cortadita (la tenía así para las croquetas), con un poco de salsa de tomate y rellenar bocatas con la mezcla. Aquí viene una foto.


A continuación, he cortado los bocatas en 4 trozos como se ve en la foto siguiente:


Pues ya casi está, ahora se pasan por huevo batido, pero bien, no como la Mari Chocho:


Y finalmente, (qué bien me explico, joé), se fríen en abundante aceite caliente, con cuidado de que no se descuajaringuen. Y nos quedan unas torrijas de puchero con esta pinta, que están ¡buenísimas!



Estas torrijas maridan bien con una cola light, porque ya llevan bastante calorías, creo yo.

Había pensado llamarlas Torrijas MrFanshawe, porque hoy es el cumpleaños de Alberto, pero creo que él se merece algo más sofisticado ;)



Ahora sí, me pongo a hacer la pila de cosas que he dejado pendientes.


Tengo que reconocer que me apetecía pasar por aquí, que echaba de menos escribir algo que no tuviera nada que ver con las Matemáticas, que me apasionan, desde luego, pero que, a veces, me saturo de hacer siempre lo mismo :)

Ale, me voy, que me enredáis.